Un equipo de alto rendimiento es un conjunto de personas que poseen talento y competencias complementarias. Trabajan para conseguir un objetivo común con muy alto grado de compromiso. Interactúan entre sí aceptando sus normas y compartiendo emociones individuales y colectivas. Tienen sentimiento de equipo o sea “espíritu de equipo” que les lleva a alcanzar “sostenidamente” los objetivos marcados de una forma excelente, tanto de forma eficaz como eficiente (con los menos recursos posibles), es decir, de forma efectiva, como diría Peter Drucker.
Complementariedad
Con toda seguridad los miembros de un proyecto dominan más una parcela que otra (lo sigo comprobando día a día).
Cada persona que conforma un equipo tiene unos conocimientos y unas habilidades particulares, tanto profesionales como personales, que enriquecen los resultados del trabajo en común a través de la diversidad.
Siempre será interesante para el mejor trabajo en equipo conocer de antemano (en la medida de lo posible) las habilidades y conocimientos de cada miembro del equipo. ¿Para qué? Para coordinarlos y que se complementen. La diversidad de perfiles puede hacer que la coordinación sea más compleja pero el resultado será mucho mejor.
Las sinergias que se producen serán claves para el éxito.
Coordinación
El equipo humano que conforman colaboradores y jefes debe actuar de forma sistémica para ir consiguiendo hitos en las fechas que se establecen.
No tiene sentido hablar de trabajo en equipo sin hablar de liderazgo.
La coordinación de los miembros es una de las tareas y “habilidades” del líder del equipo. El líder “a través de sus distintos roles de liderazgo” tendrá como objetivo involucrar a los miembros para que consiguiendo una coordinación positiva y con la suficiente flexibilidad generen un trabajo eficiente y unos resultados excelentes.
Comunicación
La Comunicación es una de las claves del trabajo en equipo.
El trabajo en equipo exige una comunicación abierta y en libertad, asegurando un entorno de seguridad psicológica, que es esencial para coordinar las tareas y actuaciones a nivel individual y/o de equipo.
Amy Edmonson, profesora en Harvard Business School la define como:
La creencia compartida por los miembros de un equipo de que… el equipo les ofrece seguridad a nivel interpersonal para poder asumir riesgos. Es tener la confianza de que el equipo no va a avergonzarte, despreciarte o castigarte por decir en alto lo que piensas.
Nada de ambigüedades. Información, procedimientos y canales de comunicación “muy claros”, no hay que dar nada por comunicado sino que debemos asegurarnos que la información llega correctamente. Para mí es importante “la máxima transparencia” siempre que sea posible porque genera confianza. Y otro aspecto importante es que debe llegar en el momento adecuado. Tus colaboradores o miembros de un equipo deben estar “enterados” en tiempo y forma (y no enterarse “por terceros”).
La comunicación abierta es un impulsor al rendimiento del equipo y conduce a mejores resultados.
Confianza
Cada persona tiene que confiar en el valor que aporta cada uno de sus compañeros. Debe anteponer el éxito del equipo antes de lucirse a nivel personal.
La confianza se crea y se gana. La experiencia y el tiempo que cada integrante lleve en el equipo es un peso a tener en cuenta, este peso debe servir como estímulo para que a través de una comunicación transparente y fluida cada miembro tenga la máxima confianza en el trabajo que realiza el resto de sus compañeros. De esta forma se co-creará “el clima de confianza” que todos necesitan. El líder de proyecto debe jugar un papel determinante para conseguirlo.
Para seguir creándola, “que sea más fuerte” y se conserve es vital que se explique clara y correctamente lo que con el trabajo se quiere conseguir, ¿en qué y en cuanto contribuye mi trabajo? Y no solo en función a las expectativas que se tienen puestas en el proyecto actual sino al objetivo que se ha marcado.
Compromiso
El compromiso es una decisión personal ¿quieres o no quieres?
Cada miembro debe comprometerse a dar lo mejor de sí mismo, a poner su máximo empeño en sacar el trabajo adelante. La confianza, la comunicación y una correcta coordinación del trabajo incrementarán el compromiso de los integrantes. En este sentido, la capacidad del líder para poner a todos los miembros del equipo mirando al mismo objetivo (alineamiento al objetivo) contribuye a la motivación y el compromiso, pero, sobre todo, a conseguir que la naturaleza del propio proyecto esté alineada con las motivaciones de sus miembros, alineación que, en mayor o menor grado, siempre debería de existir.
Este compromiso “contigo mismo”, la confianza “en ti mismo”, “con tu equipo”, el compromiso, la confianza “en tus compañeros”, así como la identificación de obstáculos propios o conjuntos será uno de los pilares principales para sacar a la luz tu talento, ponerlo a disposición del equipo y que unidos aportéis “el talento colectivo” para el mejor resultado.
El compromiso “de verdad” es asumir como propios los objetivos de la empresa (alineamiento al objetivo) y desear “de verdad” ser miembro de la misma (orgullo de pertenencia), y estar al máximo alineado con los valores de la compañía.
Conflictos resueltos
El conflicto debe ser manejado y resuelto por todo el equipo y no corresponde sólo al responsable o líder del proyecto. Es importante sacarlo a la luz en el ”minuto 1” y no dilatarlo. Si un conflicto es gestionado de forma efectiva, el resultado es:
- Reducción de estrés,
- Incremento de la creatividad para la resolución de problemas, ya que favorecen los nuevos enfoques
- Mejora en las relaciones entre el líder y los miembros de su equipo.
Los líderes, jefes o colaboradores que mejor gestionan los conflictos son capaces de:
- Sacar partido de todas las situaciones porque saben escuchar a todas las partes.
- Comprenden los diferentes puntos de vista.
- Reconocer los sentimientos.
- Sacan el conflicto a la superficie (“sacan el submarino”) y
- Ponen su energía en la dirección donde la idea es compartida y todos la defiendan.
Clarificar expectativas
Cada miembro del equipo debe tener claro lo que se espera de él / ella. Su falta de claridad es una de los motivos principales por las que los equipos fracasan. La claridad de las expectativas les da las direcciones hacia las cuales deberían trabajar. Cuando cada miembro conoce y entiende su responsabilidad, habrá menos enfrentamientos y las personas trabajarán para alcanzar sus objetivos individuales y de equipo a la par que los de proyecto donde se encuentra y por ende los de su organización.
Consenso en la toma decisiones
En un equipo excelente, en un equipo de alto rendimiento (EAR) hay una necesidad e inquietud de que la eficacia del mismo pasa porque cada miembro pone a disposición del equipo su generosidad para que sea un ganar-ganar (hábito 4, de Covey)
El camino del consenso el lento, largo y tedioso. En la alianza de trabajo en equipo debe quedar claro que si no lo hay será mucho más costoso si entras en un callejón sin salida o si tienes que volver atrás, el tiempo perdido haga peligrar el proyecto.
Constancia
Perseverancia, tenacidad, empeño, insistencia y por supuesto dedicación por todos los miembros hará que los talentos individuales conformen un equipo con talento.
Trabajar en equipo es un acto de generosidad, y es un acto de generosidad porque por muy bueno que seas nunca conseguirás cosas sin tu equipo y tu equipo conseguirá cosas sin ti, aquello que está vinculado con mi talento “lo regalo” al equipo para que personas normales consigamos resultados excelentes.
El talento individual no sirve de nada si no se coloca generosamente, es clave que el talento individual esté a disposición del talento colectivo.
Cuando el talento individual y el talento colectivo están “alineados y fluyen” es cuando las cosas ocurren.
Y por supuesto es importante que las personas disfruten con lo que hacen y que por supuesto dominen lo que hacen y sean aprendices continuos, sean aprendices del s. XXI.
Celebrar el éxito.
Dado que cada persona tiene un papel relevante tanto en el fracaso o el éxito del proyecto (o el llegar al objetivo) solo tiene sentido celebrar el éxito de forma conjunta.
Celebrar el éxito es tan importante que no solo es una característica, sino que es una herramienta
Por supuesto creo que llegado este momento la organización tiene que crear un escenario, aprovechar esta oportunidad para trabajar el reconocimiento a los miembros de un equipo que ha logrado un éxito para la misma. Esto significa, trabajar el reconocimiento en todas las direcciones, es decir, identificando sus fortalezas, sus áreas de mejora y el aprendizaje que le ha aportado el proyecto a cada individuo, al equipo, a los responsables del equipo, a la organización y analizar todos los flujos entre ellos.
El reconocimiento significa (y ya hemos visto algún dato anteriormente)
- trabajar la confianza dentro del equipo y de la organización hacia el equipo,
- identificar los valores especiales del equipo como: motivación, comunicación, delegación, compromiso e implicación en el objetivo,
- identificar como van a trabajar de manera productiva en los nuevos retos.
Por tanto tenlo/tenedlo muy claro, los éxitos hay que celebrarlos. ¡Es el combustible del equipo! Y debe ser obligatorio. Es una “autorrecompensa del equipo al trabajo bien hecho”.
Aquí las 10 C
En cualquier equipo el líder tiene que tener la capacidad de “poner al equipo mirando al objetivo”, cuando más alineados más motivación personal y colectiva, clave para conseguir el mejor resultado. En un equipo de alto rendimiento, el liderazgo es compartido, se reparte de forma proporcional al tomar la decisiones e incluso irá rotando en función del objetivo y el momento que atraviese el equipo. Por otro lado, al compartir el liderazgo los miembros del equipo se corresponsabilizan, contribuyen al máximo e incluso hay libertad para exigir al resto el máximo: “lo mejor de cada uno”, teniendo muy claro que tanto el fracaso como el éxito son compartidos.