Kintsukuroi, es una técnica de origen japonés para arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Su filosofía es que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia.
De esta forma, la reparación transforma la pieza, dándole un nuevo valor. En la mayoría de las ocasiones las piezas reparadas cobran más valor que anterior a su rotura.
La pieza pasa de ser frágil a ser fuerte, con más vitalidad. El objeto reparado se vuelve más fuerte y valioso una vez reparado, y esa capacidad de recuperación lo hace más bello.
Si lo llevamos al terreno humano ¿cómo reparamos las fracturas, grietas de tu ser querido, amado? O ese amigo/a íntimo/a, o ese compañero/a de trabajo.
¿Qué ingredientes forman ese polvo de oro para reparar “un corazón roto”?
Que te parecen amor, humildad, generosidad, perdón… y tú ¿Qué le pones?
¿Qué te parece esta cita?
El mundo nos rompe a todos y luego algunos se hacen más fuertes en las partes rotas
El mundo nos rompe, esas grietas hablan de fragilidad y una vez reparadas y fuertes en el plano humano resuenan a resiliencia, “capacidad de recuperación”.
Resiliencia en nuestra vida cotidiana
Casi seguro que ya te viene a la memoria aquello de: “lo que no te mata te hace más fuerte”, “se sale reforzado de una crisis”, ya sea familiar, de pareja, con tu equipo o jefe.
Y esto ¿Por qué sucede?
Las relaciones de familia, pareja, equipos que funcionan con normalidad están cohesionadas, unidas, pero cuando pasan por malos momentos y cuando se sobreponen a las dificultades es posible “que la cohesión sea de por vida”.
Por ejemplo, un equipo tiene unas cualidades y características inicialmente, una crisis, un conflicto, añade “leña al fuego” y son sus miembros los que, con sus conocimientos, habilidades y actitudes, darán muestra de su capacidad de resolución, se crearán vínculos nuevos que se unirán “como polvo e hilo de oro del Kintsukuroi” a sus integrantes.
El equipo madurará y avanzará con la superación de situaciones adversas y ya nada será como al principio. Si interesante y valioso es aprender de los errores, lo es mucho más la cohesión, la fortaleza y el valor de la relación que se ha forjado.
Kintsukuroi y resiliencia tienen en común el valor de la reparación como el camino de salir de una situación traumática.
El paso del tiempo te desgasta cuerpo y alma por fuera y por dentro con lloros, penas y sufrimientos; y al igual que el polvo de oro recupera la cerámica, la resiliencia lo hace con las personas.
La resiliencia te devuelve la sonrisa y la fuerza necesaria para superar la prueba de obstáculos que la propia vida te va poniendo por delante.
Todos tenemos ejemplos cercanos de resilienci. Seguro que a medida que has ido leyendo recuerdas alguno. Aquí te dejo el ejemplo de Viktor Frankl, en su libro (lectura recomendad), El hombre en busca de sentido. Es una verdadera lección de resiliencia (aunque en el libro no se hable de ella). Un dato: la influencia e importancia del libro es tal, que la Library of Congress en Washington lo ha declarado como uno de los diez libros de mayor influencia en Estados Unidos.
Y esta otra cita ¿Qué te dice?
El tiempo cura todas las heridas, aunque nos deje algunas cicatrices
Qué tal si moldeamos la cita a tal fin del post:
La resiliencia cura todas las heridas, aunque nos deje alguna cicatrices
Las personas más felices son las más resilientes, son más capaces de recuperar ese estado de más tranquilidad y felicidad.
La resiliencia bien podría ser una herramienta que te permite la felicidad a pesar de los obstáculos que la vida te vaya poniendo.
Otra forma de cultivar resiliencia es salir de la zona de confort, el cerebro necesita acostumbrarse o enfrentarse a los problemas que van surgiendo día a día.
Desde el punto de vista del liderazgo, el buen jefe o el líder sabe que no es bueno sobreproteger a sus colaboradores de todo tipo de tensiones, ya que a fin de cuentas la resiliencia requiere cierto grado de incomodidad que se deriva de las presiones del propio entorno laboral, aunque por otra parte este jefe (inteligente) sabe que si hay exceso de tensión y se desborda para nada es bueno, tratará por todos los medios de amortiguarla o no aumentarla. Cuántas situaciones recuerdas en que el jefe del jefe de tu jefe piensa/ordena/manda/recomienda algo y baja en cascada totalmente desproporcionado, ¿dónde está la inteligencia emocional en ellos? Yo que soy de los que hizo la mili hace mucho tiempo, recogimos la frase que aún perdura: “el Coronel estornuda y el soldado recoge una pulmonía”.
Cuanto más resilientes sean los miembros de un equipo mejores son los resultados
Dado el entorno actual debemos convertirnos en profesionales resilientes, con capacidad para sobreponernos a las situaciones laborales y profesionales, que aprendamos de los errores, los reconozcamos y ser capaces de reconducir cualquier situación en nuestro su propio beneficio.
Como habrás ya comprobado…
Si necesitas liderar un equipo, si “necesitas empoderarlo” ¡necesitas resiliencia!
Entre todos vamos a fomentarlo en nuestro entorno ¿Empezamos?
Esperar que la vida te trate bien porque eres buena persona es como esperar que un tigre no te ataque porque eres vegetariano
12 ingredientes para un buen cóctel “resiliente”:
- Autoconocerte. Ser consciente de tus fortalezas para cuando lleguen las situaciones complicadas. Autoconfianza. Autoliderazgo
- Habilidades. ¿cuáles tienes y cuales puedes aprender?
- Cultiva hábitos saludables. Deporte, comida, reducción de estrés, buen sueño.
- Aprender escucha activa y escucha empática.
- Cultiva “el poder de la autoestima”.
- Aprende a resolver conflictos.
- Asertividad. Incluidos tus derechos asertivos.
- Aceptación del cambio. Debes aceptar que las cosas cambian y no tendrás el control. Persistencia ante esto. Sé flexible, elástico, versátil.
- Aprendizaje continuo. Vivir aprendiendo y Actitud positiva.
- Redes personales y profesionales. Constrúyelas, cuídalas, aprovecha cualquier oportunidad para hacerlas crecer, serán de utilidad en momentos complicados, serán “tu red de apoyo”.
- NO ES LO MISMO, cometer errores que fracasar.
- Deja de ser víctima y sé responsable, coge las riendas de tu vida.
Y tú ¿cuáles le pones? ¿cuáles echas en falta? Te ánimo a que los compartas en el blog
Todos somos resilientes, no te quedes en “podría haber sido”, ¡HAZLO!, o ¿vas a seguir soñando?
Gracias por acompañarme hasta aquí
Resilencia, buen término. Se me ocurre asociarlo a supervivencia en plan metafórico. Resistir a situaciones adversas pero siempre desde el positivismo, y siempre desde un punto colectivo, si lo asociamos a nuestra vida laboral.
Gracias Jota por enseñarnos a poner nombre a nuestras experiencias.
[…] o la globalización, pero se puede invertir en las habilidades de los empleados para aumentar la resiliencia de los equipos y las […]
Gracias Jota. Como siempre, tus post son una luz para nosotros. Nuestra percepción, y respuesta a los retos de la vida nos hacen maestros de nuestro destino o esclavos de las circunstancias. Un abrazo desde Barranquilla, Colombia.
[…] la globalización, pero se puede invertir en las habilidades de los empleados para aumentar la resiliencia de los equipos y las […]