El líder escucha… ACTIVA-te
Este post de ESCUCHA ACTIVA complementa los anteriores de EMPATÍA y ASERTIVIDAD. ¿te-ACTIVAS?
Breve introducción técnica
Basada en el trabajo de Carl Rogers, la escucha activa es una técnica y estrategia específica de la comunicación humana.
Consiste en una forma de comunicación que demuestra al hablante que el oyente le ha entendido. Se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.
Es una terapia centrada en el cliente, la cual renombró como terapia centrada en la persona.
Esta teoría es conocida por sus siglas en inglés PCA “Person-Centered Approach” o enfoque centrado en la persona.
La clave está en que deja de ser una terapia focalizada en resolver el problema, y más bien se interesa en empatizar con el cliente en lo que está viviendo. Se preocupa por cómo está viviendo la situación que le toca vivir.
Foto: Carl Rogers
¿Cómo nos activa-mos?
El inicio puede ser perfectamente este: intentar comprender a los demás es la base de las habilidades sociales
Se pueden dar 3 situaciones en la comunicación que por sí la dificultan:
- Que ambas partes pueden ser que no se comprendan
- La falta de atención. Ambas partes hablan y ninguna escucha a la otra
- La malinterpretación. Lo que una parte quiere comunicar no es exactamente lo que comunica y mucho menos lo que llega al que escucha.
Esta habilidad requiere un esfuerzo de verdad, un esfuerzo deliberado
Tus ojos, oídos, mente y cuerpo los debes usar a fondo para que escuchen y observen no solo palabras sino el lenguaje corporal. Podrás aclarar el sentido de lo que oyes y haciendo preguntas abiertas reaccionarás a los sentimientos y percepciones de los demás y poder identificar incluso los motivos de sus acciones, aquí habrás alcanzado un alto grado de la comprensión de situación.
Cuando se escucha activamente, se habla lo menos posible (podíamos utilizar la regla de 80% tiempo escuchando y 20% hablando/preguntando) poniendo atención no sólo a las palabras que oímos sino también a los gestos y a los sentimientos que pueden subyacer debajo de lo que oímos. Nos olvidamos de nuestra propia persona, nuestros propios sentimientos. No necesitamos estar de acuerdo con lo que oímos, sino que tenemos que intentar entender cómo lo ve la otra persona, por qué lo siente así.
Insisto, las preguntas solo deben ser las imprescindibles, abiertas, para aclararnos, por ejemplo “¿Qué sucedió después?”, “¿Cómo te sentiste entonces?”. .
Obviamente, el silencio para escuchar también es importante
La persona que habla se sentirá más escuchada si de vez en cuando reflejamos con nuestras propias palabras los sentimientos que entendemos nos está comunicando.
De vez en cuando vamos resumiendo lo que nos va diciendo y enfocamos la atención en los puntos que parecen más importantes dejando la puerta abierta para poder retomar el resto de los temas si fuera necesario en otro momento.
Escucharemos hasta que la persona que habla sienta que ha sido comprendida objetivamente sin ser juzgada.
Aquí podemos recordar que el ser humano tiene dos ojos, dos orejas y una boca, por tanto, debes ver y escuchar el doble de lo que hablas.
En un contexto más simple, si ponemos cuidado en escuchar a las personas que nos rodean, será más fácil que encontremos soluciones a las dificultades que tenemos con ellas.
Aquí lo puedes comprobar…
Stephen Covey hace una demostración del hábito 5, comprender para ser comprendido.
En cuestión de minutos se empatiza con la escucha activa.
Si ya has leído algún post anterior, te invito como siempre a que entres en modo CREA (toma Consciencia, Reflexiona, Entusiásmate y entra en Acción), tú decides.
Si te gusta comenta y/o compártelo, 😉 y si además te sirve puedes suscribirte.
Sígueme en twitter: @excelente4es @ELITE__Coaching
Gracias por acompañarme hasta aquí
[…] escucha activa y escucha […]